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Presentación de la jornada |
El 82% de los ciudadanos no
entiende las resoluciones judiciales. Este dato, facilitado por el
Consejo General del Poder Judicial, se enmarca en un contexto de desconfianza
hacia el mundo jurídico. El pasado 29 de mayo se celebró en Madrid la jornada
sobre Adaptación del lenguaje jurídico al siglo XXI, organizada por el Consejo
General de la Abogacía Española. La jornada pudo seguirse en directo a través
del aula virtual del CGAE, así como a través de Twitter con la etiqueta
#lenguajejurídico.
En esta entrada pretendemos
destacar algunas de las razones que Salvador Gutiérrez Ordóñez (Catedrático de
Lingüística General y miembro de la RAE) primer ponente, esgrimió para modernizar
el lenguaje jurídico. Salvador Gutiérrez comenzó
afirmando que hablar es comunicar. Para conseguir transmitir el mensaje, el
lenguaje jurídico debe ser claro. Algo que se reclamaba ya en el Derecho Romano
con máximas como “La simplicidad es amiga de las leyes”.Hoy en día el lenguaje jurídico
no está cumpliendo esos principios de claridad y simplicidad. Podemos verlo a
través de las dos paradojas de las que hablaba el ponente:
- Paradoja del registro: existe una gran diferencia entre el registro de los profesionales del derecho y el registro de las personas a las cuales van destinadas tales documentos y actuaciones. Se habla al ciudadano en una jerga que no entiende.
- Paradoja de la precisión: La búsqueda de una precisión exacta por ejemplo en el juez que dicta una sentencia le lleva a abusar de incisos, notas, referencias, terminando por construir un texto barroco y que difícilmente será comprendido.
Cuando nos referimos a un
lenguaje claro, no nos olvidamos de la corrección. Salvador Gutiérrez centró su
exposición en analizar algunas de las incorrecciones típicas del lenguaje
jurídico: abuso de latinismos, giros poco reconocibles, entre otros. Vamos a ver a continuación ejemplos de algunos
de esos errores.
Confusión con el verbo deber
- deber + infinitivo > indica obligación
- deber de + infinitivo > indica probabilidad
Número en expresiones latinas:
- como los ítem, los ítemes y los ítems (se prefiere la última opción)
- Se desaconseja el uso de ciertos plurales latinos en –a, como media, currícula, memoranda y se prefieren en su lugar las formas invariables (los corpus) o las adaptadas (los currículos, los medios, los memorandos, los referendos)
Uso innecesario de la pasiva:
- por la demandante se manifiesta
- debería decirse: La demandante manifiesta
También sobre el uso de la
pasiva, el ponente citó ejemplos como:
- “Por el Consejero de Sanidad se adoptará”
- lo más natural y correcto sería decir: “El Consejero de Sanidad adoptará"
Se recomienda evitar el uso del
infinitivo con los verbos decir, señalar, indicar y otros similares. Es muy
frecuente leer en todo tipo de demanda (desde mensajes de correo electrónico a
escritos de demanda) frases que comienzan así:
- comentar que
- informarles (de) que
- por último decir que
Se trata de una construcción
incorrecta que, insistimos, debe evitarse.
Errores con preposiciones:
- de conformidad a/ forma correcta: de conformidad con
- con relación a/ forma correcta: en relación con
- con el apercibimiento que/ forma correcta: con el apercibimiento de que
Arcaísmos:
- si no se les hubiere reconocido
- el tribunal estimare
- practicada que fue a continuación información testifical
Ya no se habla así, sería mejor
utilizar un lenguaje más actual.
Ortografía: algunos de los errores más habituales de tilde.
- dictamen (no lleva tilde)
- monosílabos como dio, fue, fui (no llevan tilde desde 1959)
- superfluo (no lleva tilde)
- no poner la tilde en las mayúsculas. Debemos recordar que siempre la llevan.
Constantes errores en la
puntuación y la coma.
- Extensión de los párrafos: vemos ejemplos de sentencias con párrafos de más de veinte líneas, con al menos trece oraciones subordinadas. Este tipo de construcciones son prácticamente ininteligibles. Para evitarlo, se recomienda dividir los párrafos y de esta forma aumentará la claridad de la exposición.
Los valores en la lingüística han
ido cambiando, se tienen en cuenta ahora otros valores relacionados con la comunicación. Se busca
transmitir un mensaje que sea no sólo correcto, sino coherente, adecuado a las circunstancias
socio-lingüísticas de sus destinatarios.En resumen, Salvador Gutiérrez
abogó por un lenguaje jurídico más simple, más natural y adaptado a los usuarios, sin caer en la incorrección ni en la imprecisión. Como consejo
práctico insistió en la necesidad de que los juristas trabajemos consultando
los diccionarios: Diccionario de la RAE,
Diccionario de Manuel Seco, Diccionario María Moliner, Diccionario panhispánico de
dudas, (también accesible desde la página web de la RAE) y la Gramática de la lengua
española de la RAE.
Podéis encontrar un excelente resumen de las principales ideas expuestas en la jornada en el artículo “El lenguaje jurídico puede comunicarse correctamente sin perder ni tradición ni precisión”, que Cristina Carretero González, profesora de Derecho Procesal y Coordinadora del Grupo de Investigación: Derecho y Lenguaje (Universidad Pontificia Comillas) escribió en la web del CGAE.En su artículo Cristina Carretero incluye además pautas muy prácticas para una mayor corrección tanto en el lenguaje jurídico oral como en el escrito.También podéis ver todos los vídeos de la jornada en el Aula virtual del Consejo General de la Abogacía, mediante un sencillo proceso de registro, aquí. Como dijo Salvador Gutiérrez, hoy
es siempre todavía y estamos a tiempo de cambiar y mejorar.
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Imagen inicial tomada de www.lawyerpress.com
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